Ranart Crear reciclando

Una alma libre, curiosa, idealista …

Yo nací en Turquía en los tiempos de abundancia, de productos naturales a granel y en que la conciencia del ahorro era muy extendida. Unos días en que reinaba la sensibilidad del ser humano con el entorno. Llegué a España después de graduarme como arquitecta en Estambul, el arte de Paco de Lucía, Gaudí, Dalí, Flamenco me estaba llamando …

Después de instalarme en el barrio de la Barceloneta, en Barcelona, la vida silenció mi creatividad secreta dentro de mí que antes me llamaba. Después de trabajar como arquitecta durante 17 años en varios países del mundo, esa creatividad, ahora, se ha unido con mi niña interior una vez volví a casa, empecé a restaurar mis propios muebles, crear tapices, dibujar, pintar … hasta que inicié el curso de “gestión de residuos industriales” en los tiempos de cuarentena; y fue entonces cuando sentí que la naturaleza estaba furiosa conmigo. Quizás podría calmar está ira con mi creatividad comprometida con la naturaleza.

Hace años, cuando había emprendido la aventura de la artesanía con las flores, era la naturaleza quien me ofrecía la materia prima. Yo me sentía en deuda con ella. Ahora soy yo quien siento que la tiene que limpiar y curar para que siga ofreciendo los recursos necesarios con la misma generosidad.

¿Podría hacer eso con el arte, el único instrumento que tenía?

Creía que podía crear un lenguaje artístico a partir de la basura para explicar la contradicción entre la primera visualidad que golpearía al espectador y el mensaje de conciencia que crearía después.

Este lenguaje debería decir a la gente que el plástico no solo debe reciclarse, sino que este descarado desperdicio, debe detenerse. Cada basura que recogía de la naturaleza comenzaba a convertirse en una palabra, y cada residuo … en una frase.

Ahora las pilas de basura están formando un coro que grita a la humanidad en el escenario de arte … hasta que aparecieron en mi escritorio. Soy Rana. Soy arte y tengo un mensaje para dar, anunciar el grito de este coro al mundo, ahora se ha convertido en el único objetivo de mi vida. Desde entonces empecé a utilizar todos mis recursos en charlas, seminarios educativos, exposiciones, concursos, talleres y salidas de recogida de residuos, que son los hitos de este camino que me llevarán a mi objetivo. Poder reunirme con cualquiera que un día quiere pagar su deuda con la naturaleza, bajo el techo de una cooperativa y llamar a la humanidad desde dentro de este coro, creo que, será mi mayor logro. ¡Silencio!... ¿Alguien me está aplaudiendo?

Es un gran honor para mí conocer a todos los que contribuyeron en esta lucha, ya que los ingresos que obtendré por vuestra adquisición de mis obras se utilizarán para llegar a audiencias más amplias de este arte.

Con eterno agradecimiento…